Antonio Ortuño: De Nueva York a Camagüey, para quedarse

Por: Raúl A. del Pino Salfrán

Antonio Ortuño es uno de esos personajes pintorescos que siempre aparecen en algún festival. Aunque hace tiempo radica en la ciudad de Nueva York, todavía no solo conserva bien puro el acento de su natal España sino los rasgos más típicos de su personalidad valenciana.

Con su bigote naranja y patillas a lo Elvis Presley, este español llegó a Camagüey para presentar su proyecto Under The Subway – Video Art Night (UTS), una suerte de festival de una sola noche que comenzó hace siete años con 15 amigos en la sala de su casa neoyorkina.

La muestra fue abriéndose camino desde la proyección de las obras en una pared de un edificio en el barrio de Queens, con las líneas del metro pasándoles por encima, hasta que años más tarde el espacio físico cambió a una galería con más condiciones para la exposición. Y en la actualidad ya se ha expandido a más de cinco países a través de una vista simultánea en You Tube.

“Es un evento totalmente gratis. No hay fondos para montarlo, lo que hay es internet y trabajamos desde allí. Yo soy el director, el organizador y el curador, pero también está la gente que quiere albergar UTS en otros países y entonces dejo que ellos lo hagan como quieran. Ahora es que me estoy apoyando más a nivel institucional, en centro culturales de distintas ciudades del mundo”.

Dado el trabajo que realiza en la “gran manzana”, Ortuño podría catalogarse como un experto en eventos low cost, por eso sus piropos a la organización del FIVAC no pueden pasarse por alto. “Estoy impresionado con el nivel de proyección, la calidad y sobre todo la generosidad, porque sabemos de las limitaciones para armar un evento así, por eso estoy muy contento de estar aquí. Yo me enteré del festival hace años, pero no había logrado venir. Este año me escribí con Diana y se me ocurrió decirle por qué no proyectar un comisariado pequeñito de lo que hacemos allá. Es algo que ya había hecho anteriormente en otros espacios y había salido fantástico”.

Pero Antonio tiene un secreto que no comparte fácilmente: además de estar sumergido en el mundo del videoarte desde finales de los años 80, la cocina es su otra pasión. En Nueva York se desempeña como chef privado y no podía ser otra que la cocina tradicional española su especialidad. “Soy artista ante todo, pero luego me gusta cocinar, y eso último es lo que paga muchas cosas, como venir al FIVAC, por ejemplo”.

En apenas par de días en Camagüey, la añeja villa lo ha dejado con ganas de regresar. “Cuando entramos en el autobús por unas callecitas muy pequeñas y estrechas me pareció estar entrando a Murcia, el pueblo de mi madre. Es una ciudad perfecta para traer hasta acá UTS, quizás no para este año por lo cerca que está, pero no duden que el festival que viene sí estará. Yo haré todo lo posible, y seguro que el equipo de aquí también”.

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