También la playa

Por: María Antonia Borroto.

Todos los caminos conducen a FIVAC, y desde FIVAC se puede divisar también la playa. Y no solo divisarla; también podremos sentirla, paladearla, VIVIRLA.

El plano no lo incluye, por supuesto, pero a Santa Lucía nos iremos. Aunque alejada, víctima también del fatalismo geográfico, nuestra Santa Lucía, con 21 kilómetros de playa arenosa, posee una preciosa barrera coralina —la segunda mayor del planeta— y el único show con tiburones en el ámbito del Caribe.

El domingo 28 cambiaremos las tenues luces de las salas de proyección por el caliente sol, y las bandas sonoras construidas por los sonidos de la naturaleza. Sin mediaciones tecnológicas: solo la playa y nosotros, el mar y nosotros, inmensidad azul, desafiante y poderosa.

O sí habrá posibilidades para la tecnología, por supuesto, pues ella permite atrapar instantes y vivencias, garantizar una suerte de segunda vida, tal vez menos provisional. Y permite, también, conectar con otros, para quienes la playa es una realidad remota.

Para nosotros serán reales y tangibles el salitre, la arena, las olas… Feliz circunstancia la nuestra, perspectiva de un sentido aún más pleno para FIVAC.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *